por Julio García Velasco | Jul 23, 2017 | COLABORADORES, Lo Cotidiano
Ojalá puedas disfrutarlas. Son un derecho, y diría que también una obligación. ¿Cómo vivirlas? Ahí te va una especie de decálogo: 1. Goza de la naturaleza. En la playa, en la montaña, en la serranía, descubre la presencia de Dios. Alábale por haberla hecho tan hermosa. Recuerda las palabras del Génesis: “Vio Dios todo lo que había hecho y era muy bueno” (Gen 1,31) Te sugiero que leas la Encíclica Laudato si’ del Papa Francisco. Vale la pena, por el tema de la ecología y muchas otras cosas. 2. Cuida tu salud, física y mental. La vida es el gran regalo de Dios. Dale gracias por este don incomparable. Y cuida tu salud, haz deporte, fortalece tu cuerpo, y evita todo aquello que pueda perjudicarte. 3. Vive con alegría tu condición de cristiano. En verano nos encontramos o convivimos con mucha gente; entre ellos, muchos alejados de Dios o enemigos de la religión. En ese ambiente, no te avergüences de ser cristiano. “Pues, dice el Señor, si uno se averguënza de mí y de mis palabras, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria.” (Lc 9,26) 4. Celebra la fiesta del domingo. El domingo sigue siendo el día del Señor, Dios no se va de vacaciones. Acude a la Eucaristía. Es una invitación que Él nos hace y estaría muy feo rechazarla, poniendo excusas que no siempre son razonables. 5. Comunícate y dialoga en familia. En vacaciones, las conversaciones en familia pueden ser más relajadas, y tenemos la oportunidad de dialogar sobre temas importantes: como el terrorismo, la persecución de los cristianos, la...
por Cynthia | Jun 11, 2015 | MI FE
Querido lector, Hace poco explicaba el papa Francisco, cómo Jesús no le pedía al Padre ´que seamos felices` o cosas así… sino ´nuestra unidad`. (Jn 13,35) Y lo deja bien claro: > También San Pablo exhorta a la unidad, en nombre del Señor, y nos explica cómo llevamos el mismo Espíritu aunque distintos sean los dones, como distintas son las partes del cuerpo. Cada uno de nosotros tiene una función. Pero, como dice el Salmo: >. Así que, todo cristiano está llamado a trabajar por la unidad desde el amor y la caridad, cuidando las intenciones rectas de su corazón. La soberbia es la que separa; el orgullo, la vanidad, y el resto de intenciones – muy humanas, sí – pero que a menudo, por egoístas, nos salen muy torcidas y nos distancian. Lo peor es que hemos permitido que habiten en nosotros demasiado tiempo; listos y aventajados. Y no. Afortunadamente, para Dios, fuente de toda dignidad, el ser humano no vale por lo que hace o tiene, sino por lo que es. La única manera de vencer es examinarse uno mismo, y vivir con sencillez y humildad. Como María. Cada vez que lo bueno, lo bello, lo justo vence en tu corazón, ¡es Cristo quien vence en ti! Merece la pena. Recuerda que > (Jn 13,1) Hoy, bien nos podríamos unir con Santa Faustina, cuando dice:...
por Merche Cano | May 31, 2015 | OBRAS DE MISERICORDIA
Queridas Almas de Dios, esta semana tal cual comentamos la semana pasada, vamos a profundizar un poquito en la Virtud Teologal de la Caridad. LA VIRTUD TEOLOGAL DE LA CARIDAD La fe y la esperanza no tienen ningún sentido si no desembocan en el amor sobrenatural o caridad cristiana. Por la fe tenemos el conocimiento de Dios, por la esperanza confiamos en el cumplimiento de las promesas de Cristo y por la caridad obramos de acuerdo a las enseñanzas del Evangelio. 1. Definición Es la virtud por la que podemos amar a Dios y a nuestros hermanos por Dios. Por la caridad y en la caridad, Dios nos hace partícipes de su propio ser que es Amor. La experiencia del amor de Dios la han vivido muchos hombres. San Pablo dice: Me amó y se entregó por mí. Y quienes han experimentado este amor han quedado satisfechos y han dejado todas las seguridades de la vida para corresponder a este amor de Dios. 2. Características del amor de Dios a) El amor de Dios es lo más cierto y lo más seguro: existió desde siempre, estaba antes que naciéramos. Una vez que es encontrado, se llega incluso a tener la sensación de haber perdido inútilmente el tiempo, entretenidos y angustiados por muchas cosas por las que no merecía la pena haber luchado y vivido. b) El amor de Dios es sólido y firme, es como la roca de la que nos habla el evangelio. El amor humano hay que sostenerlo continuamente, alimentarlo constantemente…so pena de apagarse. c) El amor de Dios es siempre nuevo, fresco y bello en cada...